Si siempre has tenido ganas de ir a un restaurante desde que oyes hablar de él y el destino te lo pone delante, tiene que ser por algo.
Esto fue lo que me pasó con La Cuina d’en Garriga, un restaurante con aires de bistreau francés situado en Consell de Cent, 308 (esquina con Passeig de Gràcia). Tanto tiempo queriendo ir y mi trabajo se sitúa a dos manzanas. ¡Y a mi que me encantan estas serendípias me faltó tiempo para ir!
Lo primero que os llamará la atención es su entrada con apariencia de colmado. Una gran cantidad de productos de la mejor calidad os da la bienvenida: pastas, quesos, embutidos, frutas y verdura… Cualquier pintor se quedaría un buen rato para inmortalizar esta imagen tan bonita.
A unos pocos metros encontramos las primeras mesas de lo que es propiamente el restaurante. Mesas rústicas de madera, sillas antiguas, utensilios de cocina colgados en las paredes, viejos electrodomésticos… Como si fuera un gran comedor antiguo.
Desde mi primera vez a La Cuina d’en Garriga he ido en varias ocasiones y me ha dado tiempo de conocer sus platos y tener mis favoritos de su carta. No os podéis perder los Huevos de Calaf en cualquiera de sus variedades. En mi caso me quedo con los Estrellados con Patatas y Foie. Otra de sus especialidades es la Burrata fresca de la Puglia con tomate y aceite de albahaca. Sólo os diré una cosa de este plato: probadlo. Si tenéis suerte con las sugerencias del día, quizás podréis conocer la Sobrasada de Cal Rovira con Miel. Os podéis imaginar cómo de espectacular está el contraste del dulce con el salado.
Pero si de verdad apuesto por el plato estrella de La Cuina d’en Garriga son sus Macarrones de la casa Martelli con queso Comté y Panceta ibérica. Os los podrán explicar de mil maneras pero hasta que no los probéis no me daréis la razón. Y me lo agradeceréis. Son de 10, os lo juro.
El resto de la carta es extensa y variada: tapas, todo tipo de entrantes, carnes y pescados, embutidos gourmet y varios tipos de queso y postres artesanales. Un festival.
Otra de las cosas buenas de La Cuina es que abren desde las 9:30h hasta las 23h, así que puedes marcarte un buen desayuno – convencional entre semana o “de forquilla” los fines de semana – comer a un buen ritmo o cenar sin prisas.
Los culpables de que este proyecto tenga tanto éxito son Helena Rovira y su marido, el francés Olivier Guilland, quienes llevan la cocina de calidad en los genes. Y sino mira su historia, más que curiosa.
Ahora, cuando quiero quedar bien con alguien pienso en La Cuina d’en Garriga, y la verdad es que, hasta el momento, no me ha fallado con nadie ;)